Voy a ser ordenada y voy a empezar por lo más importante: SON para desarrollar
y potenciar las capacidades sensoriales de los niños (y no tan niños) y SE HACEN
introduciendo diferentes materiales en los frascos para llamar la curiosidad
y que al manipularlas generen distintas sensaciones en especial, las auditivas
y visuales.
Las botellas atraen a los más pequeños por los sonidos que producen con el
movimiento y por los colores… poco a poco, a medida que van creciendo, van
observando los materiales que hay dentro de cada una de ellas y les atraen por
otros motivos: conteo, busca y encuentra… ¡pueden hasta crearlas ellos! Si nosotras
que somos adultas disfrutamos preparándolas… ellos también en sus proyectos de
ciencia, de animales marinos o de lo que sea.
Observar, escuchar, agitar, buscar, jugar… eso es lo que buscamos a la hora
de crear nuestras botellas. La atención y concentración están muy presentas a
la hora de manipular las botellas sensoriales ya que es un momento de calma,
relajación…
¿Os animáis a
preparar alguna? Recordad: botellas de plástico con tapón de rosca
(las de cacaolat son ideales y así le damos otra oportunidad antes de tirarla, ideaza de Cristina de @maronadecolors_mamidecolores), y para más seguridad acordaros de pegar con silicona o pegamento
instantáneo la tapa a la rosca de abertura y evitamos sustos.
Ahora falta
encontrar con que podemos rellenarlas... pequeños objetos, pompones, garbanzos, purpurina,
agua y colorante, confeti, clips, maíz crudo… Hemos de pensar si
queremos que tengan una temática: un cuento, las estaciones del año, los colores,
el ciclo de la vida de algún animal como las que preparó Cristina de la mariposa y luego yo hice con el pollito… (Gallina, pollito, huevo... ¿q fue primero?)
En instagram (@carlapervocacioambaccent) tenéis muchas más ideas e información sobre las botellas, miniaturas y botellas en general. Os dejo a continuación varios ejemplos para que os acabéis de inspirar...